Cómo Hablar con una Persona que Enfrenta Problemas de Salud Mental
Todos tenemos necesidades de salud mental. Es probable que tenga amigos o familiares que han enfrentado un problema de salud mental, o incluso usted mismo haya atravesado dificultades similares. Si las personas cercanas a usted se encuentran mal, es natural que sienta preocupación. Desea brindar apoyo, pero tal vez no sabe cómo hacerlo. A veces, incluso puede dudar si es apropiado abordar el tema.
Es posible que su amigo o familiar le haya dicho que está pasando por un momento difícil. A lo mejor la persona pidió ayuda. O quizás esté preocupado porque esa persona ya no se cuida bien a sí misma, no sale o no va a trabajar, o está inusualmente enojada o irritable todo el tiempo.
Es posible que lo note en la cara de la persona o en su voz, pero no siempre. ¿Cómo puede responder? ¿Y cómo sabe que no empeorará las cosas en lugar de mejorarlas?
Lo primero y más importante que debe recordar es que hablar con alguien abiertamente sobre asuntos de salud mental no empeorará las cosas. Acercarse de una manera cariñosa es un gesto positivo. El mejor primer paso suele ser expresar su preocupación y apoyo. Dígale a la persona que le importa y que quiere ayudar. Un buen comienzo podría ser decir: "He estado preocupado por ti. ¿Podemos hablar, o hay alguien más con quien te gustaría hablar? Me importa y quiero escucharte". Sea directo y escuche con compasión, pero no presione. Deje que la persona diga tanto o tan poco como desee. Muestre comprensión y no juzgue. Sea paciente.
No intente solucionar un problema ni intente cambiar el estado de ánimo diciendo cosas como "¡Ánimo!", "Estoy seguro de que pasará" o "Mi hermana se sentía igual y mejoró mucho cuando empezó a hacer ejercicio".
Es fácil caer en el hábito conversacional de pasar de escuchar a hablar sobre las propias experiencias, y la mayoría de nosotros hacemos esto rápidamente para intentar "solucionar el problema", porque eso nos hace sentir útiles. Trate de no hacer eso antes de haber escuchado con atención y permitirle a la persona tiempo y espacio para hablar. Incluso si no está de acuerdo con lo que dice, escuche sin juzgar y no invalide sus sentimientos.
A veces, el simple hecho de poder hablar sobre sentimientos o problemas es útil y elimina parte del miedo que las personas en una crisis de salud mental suelen experimentar. Puede ofrecer palabras amables y constructivas que le transmitan a la persona el siguiente mensaje: "Sé que a veces sientes que no eres lo suficientemente bueno, pero quiero asegurarme de que sepas que valoro tu calidez, experiencia y amistad".
Las acciones también son importantes. Continúe incluyendo a su amigo o familiar en sus planes, incluso si lo rechazan. Ofrezca cosas tangibles, como llevarlo a una cita, visitarlo a su casa, invitarlo a dar un paseo. Y siga intentándolo. Siga llamando aunque sea solo para decir "Hola, estaba pensando en ti". Y sí, está bien hacer sugerencias, y aún mejor si sugiere algo que pueden hacer juntos, como ir a una clase de ejercicios, escribir un diario personal o ver una película juntos. Esté preparado para que le digan "gracias, pero ahora no", pero no deje de intentarlo.
Recuerde que usted no puede "solucionar" esto, y que su rol es ser cariñoso y apoyarlo. Una analogía médica suele ser útil en estos casos: al igual que no trataría de curar la diabetes o el tobillo roto de su amigo, podría sugerirle que vea a un médico y ayudarlo a programar una cita, ir a una sala de emergencias o a un centro de tratamiento.
Recuérdele a su amigo o familiar que la depresión o la ansiedad o cualquier palabra que usen para nombrar la forma en que se sienten pueden ser signos de una enfermedad mental, y que la enfermedad mental puede y debe tratarse. Hágale saber que merece recibir tratamiento y sentirse mejor. Reflexione sobre sus propias actitudes hacia la terapia y la medicación, y recuerde que los medicamentos para tratar enfermedades mentales tienen tanta validez científica como los que se usan para tratar la insuficiencia cardíaca y la diabetes.
Los antidepresivos no lo "hacen feliz" y no son un apoyo más de lo que lo es la insulina. Corrigen un desequilibrio químico subyacente que, si no se trata, genera pensamientos y sentimientos negativos y desesperanzadores, así como la percepción errónea de que las cosas nunca mejorarán y que nada ayudará.
Por último, sea honesto. Si está preocupado por alguien o si teme que esté pensando en suicidarse, cuéntele su preocupación. Recuérdele que hay ayuda disponible y guíelo hacia las líneas de ayuda y otros recursos. Si su amigo o familiar admite que está planeando suicidarse, debe conectarse a una línea directa de suicidio o ir a una sala de emergencias.
Hay varios sitios web excelentes con muy buena información sobre enfermedades mentales y sobre cómo ayudar a un amigo. Lo aliento a explorarlos para que se sienta más tranquilo al saber que tiene el poder de marcar la diferencia.
Recursos Adicionales de Salud Mental